Después de esperar casi 3 horas en el Star Alliance Lounge (puedes leer la reseña del Salon Vip dando click aquí) por la demora, llego la hora de abordar el AM29 pasada la 1AM de la madrugada.
En este punto ya había perdido mi conexión a Tijuana, pero me había llegado un mensaje por email donde me informaban que me habían reacomodado en el siguiente vuelo de MEX a TIJ que partía 3 horas después del original, ya que estaba perdiendo mi conexión por culpa de American Airlines, pero el equipo de Aeroméxico me reacomodo en el siguiente vuelo, algo de agradecerse.
Camine hacia la puerta de embarque y pase por donde abordaban el vuelo de Iberia a Madrid, si saberlo estaba haciendo cola para abordar ese vuelo Hernan Van Norder autor del blog ULTIMALLAMADA.COM lo supe por que al día siguiente viendo sus historias de Instagram vi que estábamos al mismo tiempo en Ezeiza, hubiera sido genial conocerlo en persona, les recomiendo seguirlo en Instagram, Twitter y leer su blog que es espectacular.
Abordamos el vuelo, yo iba sentado en el asiento 5F y mis otros acompañante iban en clase turista, por lo que haré una reseña del servicio en ambas clases para comparar.
Fui bienvenido por el jefe cabina de nombre “Felipe” quien me ofreció una bebida, la cual era agua o jugo de naranja, opte por el agua.
Había tomado un ejemplar del periódico El País que es mi favorito para leerlo en la mañana cuando ofrecieran el desayuno.
El avión salió demorado, despegó y en cuanto despego tumbe el asiento.
Una vez estabilizados, pasaron ofreciendo el Amenity Kit que en Premier es de la marca Boggi incluye: antifaz, calcetas, crema, bálsamo labial, desinfectante para manos, bolígrafo, tapones para oídos, peine y cepillo dental con su respectiva pasta.
El contenido del amenity kit
El de clase turista: antifaz y tapones para oídos.
También se entregó el menú, donde las opciones del día eran:
Pollo con ensalada de trigo y salsa de queso de cabra
Pescado con ejotes, almendras y arroz basmati
Pasta con salteado de hongos y queso parmesano.
A la media hora de haber despegado, apareció Felipe nuevamente con su respectivo trolley (carrito de comida) y me pregunto si me apetecía cenar, a lo que respondí que sí, me pidió que sacara la mesita y poso sobre ella un mantel blanco, un plato de quesos provolone y criollo, de beber pedí un vino tinto Terrazas de los Andes (Malbec).
Quiero destacar que el vino hacia un excelente maridaje con los quesos y además estaba delicioso, tenía un buen cuerpo y las notas que tenía eran muy amaderadas sin ser terrosas y un pequeño dejo como a frutos rojos.
A los 15 minutos volvió aparecer Felipe (siempre fue muy atento en su trato, amable y educado al dirigirse hacia mi) nuevamente quien recogió mis platos y me pregunto que deseaba de plato fuerte a lo que respondí que si tenía pollo, estaba dudoso ya que me encontraba en las últimas filas del avión y no había efectuado el servicio “pre-select” donde puedes escoger tu plato por anticipación al momento del check in online.
Afortunadamente si quedaba una opción de pollo, la cual posó frente a mí, estaba acompañado de una bowl con una ensalada verde y un plato ovalado con el entremés que era mozzarella fresca con calabacitas y albahaca, sobre el cual puse un hilo de AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra) con acetto balsámico para para potencializar el sabor del entremés.
El pollo omitiendo su apariencia, estaba muy rico, tenía un salteado de ensalada a base de trigo con queso de cabra y chorizo que le daba una sabor bastante bueno, extraña y arriesgada combinación pero bien lograda.
Después de devorar mi plato, una vez más Felipe aparece y recoge todo y me pregunta que si deseaba postre a lo respondí afirmativamente y me trajo una especie de brownie de chocolate con nuez que fue poco memorable acompañado de un poco más de ese vino malbec y una taza de café.
Mientras mis acompañantes de turista les servían su cena consistente en:
Pollo con arroz al azafrán y granos de elote
Ensalada mixta con palmitos
Pasta frola de membrillo y galletitas de dulce de leche
Una vez que me retiraron todo, ahora así a dormir (el edredón estaba súper calentito y la almohada muy cómoda), no supe nada de mi hasta que una ligera turbulencia me despertó sobre Lima.
Proseguí durmiendo hasta que nos encontrábamos cercas de las costas de Chiapas por Guatemala, me pare al baño y vi que habían montado un área de tentempiés en un carrito con sándwiches, frutas y botellas de agua, la verdad no tomé foto, solo tome un emparedado.
Por cierto el baño de Clase Premier tiene una ventana y ofrecen amenidades que no las hay en turista como lo son crema para manos y jabón de Institut Kerite de Paris, oh lala!
Me dirigí al frente del avión para comprar un llavero de cinturón de seguridad de avión en tamaño mini que me vendieron del duty free, por que uno es avgeek (aviation geek) y este tipo de cosas son importantes de tenerlas para uno, ¿o no?
Faltando una hora y media para aterrizar, pasaron ofreciendo oshiboris o toallitas calientes en español, la toallita caliente es para limpiarse las mano y no la cara como me ha tocado ver a otras personas en el avión…
Después siguió el desayuno que consistió en
Omelette con coles de Bruselas salteadas con calabacitas y granos de maíz
Ensalada de frutas
Compota de frutos rojos
Pan y mantequilla
En clase turista a mis acompañantes les sirvieron:
Huevos revueltos con jamón, patatas fritas y espinaca salteada
Ensalada de frutas
La vista desde mi asiento que ofrece bastante espacio al estar frente a una mampara.
Iniciamos el descenso unos 25 minutos antes de aterrizar y me apresure para irme al baño a lavarme los dientes.
Aterrizamos en CDMX con 2.5 horas de demora aprox, mi vuelo original a Tijuana se perdió pero no importa nos fuimos al Salón Premier un rato donde descansamos y comimos algo mientras salía nuestro vuelo.
Gracias por haber leído el reporte!