MEX – EZE
Tenía muchos años sin ir a Sudamerica, siempre tenía intenciones pero por cuestiones ajenas a mi no podía concretar el viaje. De repente surgió una oportunidad y le pedí un día a mi jefa y me lo concedió. La única opción era volar el 31 de diciembre para ser más precisos, salir a las 11:58, ósea pasar Año Nuevo en un avión. Seria estar menos de 36 horas en Buenos Aires para ser más exactos, pero de eso a nada…
TIJ-MEX
31 diciembre
Vuelo AM193
Salida 11:58PM
Como el vuelo salía bien tarde pude cenar con mi familia para despedir el año viejo. Me marche 2 horas y media antes al aeropuerto y no demore ni 15 minutos en llegar. Pensaba encontrarme con poca afluencia de pasajeros pero no fue así, parecía un día normal. Llegue al mostrador de AeroMexico y accedí rápidamente con una gente, en menos de 45 segundos tenia maleta despachada hasta Buenos Aires y pases de abordar impresos, se me despidió con un Feliz Año Nuevo y buen viaje. El filtro de seguridad estaba vacío y pase sin molestia. De allí recorrí el largo pasillo hasta el Salón Premier de AeroMexico. Entre y estaba medio lleno el salón, aun así encontré lugar al fondo.
Había canapés, sanwiches de mozzarella con pastrami, de jamón, de atún, brochettes de vegetales, frutos secos y el usual bar con bebidas alcohólicas ilimitadas, que no pude gozar por estar con una gripe horrible que casi hace que cancelara mi viaje, cosa que no iba a permitir y preferí irme tomando medicamentos en el viaje.
Hora y media estuve allí comiendo, bebiendo, leyendo y llamando a amigos para desearles feliz año nuevo. Unos 40 minutos antes de la salida de mi vuelo me fui de allí, pero antes pase con Andrés a la recepción para ver si me podía conseguir una fila de 3 asientos libres vacía para poder dormir a gusto. Por suerte me pudo conseguir la fila, muy gentil de su parte. Me despedí de el deseándole feliz año.
Salí del lugar y se sintió el choque térmico, el aeropuerto no tenía climatización y afuera hacia unos 3 grados sobre cero, en la mañana había nevado en Tijuana. Por suerte cuando llegue a la puerta de embarque se dio el abordaje y fui de los primeros en subir. Era unos de los nuevos 737 con Sky Interiors. La tripulación no se veía muy contenta ni animada de trabajar en año nuevo, ni siquiera dijeron un mensaje especial ni hicieron alusión al año nuevo. El cierre de puertas se dio a tiempo y el avión despego a las 11:57PM, el piloto dio una vuelta sobrevolando TIJ y pude ver toda la ciudad cubierta de fuegos artificiales, ya era el 2015.
Por suerte pusieron la temperatura del avión cálida, traía una gripe mortal, lo bueno es que había cobijas y almohadas de sobra. Una vez estabilizado el avión pasaron con las bebidas y cacahuates, me pedí un juego de tomate y agua, nada de alcohol por los antigripales. Me dispuse a ver una película en el sistema de entretenimiento, de hecho había muchas de recién estreno como Lucy y Guardianes de la Galaxia, la cual vi.
A mitad de la película me venció el sueño y me dormí sobre los 3 asientos a manera de cama y me desperté una hora antes de llegar a MEX. Continúe con la película donde la deje y escuche música. El aterrizaje se dio 10 minutos antes de horario (se nos hizo alusión a ello por parte del capitán), México DF estaba cubierto por una ligera bruma que era obvio era producto de los fuegos artificiales. Al descender del avión hacia frio pero más soportable que el de TIJ. Tenía 5 horas por delante hasta la salida de mi vuelo a Argentina. Tenía mucha hambre y me apetecía un desayuno caliente, pero al ser 1 de enero todos los restaurantes abrirían a partir de las 8AM, algo realmente inaudito y a la vez estúpido. Decidí irme a la T1 a buscar comida en algún restaurant pero fue la misma historia solo estaba abierto el Mc Donalds y me compre un Muffin, malísimo.
Regrese a la Terminal 2 y me fui directito al Salón Premier, eran como las 6:20AM y ya estaba abierto (El Centurión de American Express abriría hasta las 8de la mañana ), estuve un muy buen rato allí como unas dos horas, casi no hubo pasajeros. A las 7AM ponen buffet de desayuno caliente con Chilaquiles verdes, frijoles, muffins de huevo, burritos, salchichas, frutas, yogures, y bollería dulce.
Como a eso de las 9 de la mañana decidí cambiarme al salón Centurión de American Express al cual nunca había entrado en la Terminal 2, con la desagradable noticia que desde noviembre de 2014 los tarjetahabientes Gold son admitidos siempre y cuando haya cupo en el Salón, alineándose con las políticas mundiales de Salones Centurión de American Express en el mundo. Estuve una media hora, me dieron sanwiches y café, pero me quedo con el Salon Premier, tienen mejor ambiente y servicio.
AM 30
MEXICO- BUENOS AIRES
10:30AM
Unos 40 minutos antes de la salida de mi vuelo me aproximo a la puerta de embarque en este caso la 54, y ya había gente en la sala, viajaríamos no mas de 40 pasajeros para un avión con capacidad de 171. El abordaje se dio rápido y a tiempo debido la cantidad de pasajeros, era un Boeing 767-200ER de las últimos de la flota y próximo a ser retirado a mediados de del 2015. En el asiento había una botella de agua, cobija, almohada y kit de viaje con cepillo de dientes y cubre ojos. Como íbamos tan poco pasajeros me pude hacer de muchas botellas de agua de los demás asientos para mi.
El despegue se dio antes de itinerario. Al despegar pudimos ver una hermosa vista de los volcanes Popocatepetl e Iztazihuatl nevados. A los 40 min se dio el desayuno consistente en huevos revueltos con jamón y tomates asados, fruta, pan, mantequilla y salsa de chile verde.
Después del servicio de alimentos que se dio muy apresurado para según yo pudieran los pasajeros descansar, me fui al Galley (Cocina) a platicar con los sobrecargos, me dieron tips de Buenos Aires, y hablamos un poco de Aeromexico.
Me fui a intentar dormí acostado sobre 3 asientos, cerre los ojos y trate de dormitar. Derrepente escucho que empiezan a dar el servicio de cena, y volteo a ver el mapa general y apenas íbamos pasando Lima, faltaban unas 4 horas por llegar, creo que hubiera sido mejor que dieran la cena unas dos horas antes, para no llegar con tanto hambre a Ezeiza. La cena era Pechuga de pollo al vapor con judías verdes, pimientos verdes y tomate. Una ensalada de lechugas con queso, pan, mantequilla y puding de chocolate. Se paso dos veces ofreciendo bebidas y me pedí un agua de coco y una sprite.
El resto del vuelo lo dedique a leer, escuchar música y ver el panorama. Volamos paralelo a la costa Sudamericana y entramos por Chile directo a Buenos Aires.
Empezaba a caer el ocaso. Poco antes de las 10 de la noche se indico que iniciábamos el descenso, una media hora antes de nuestra llegada. El descenso fue largo y muy lento, al estar Buenos Aires a la altura del mar y estar yo consitapado, sentía que me explotaría la cabeza, quería gritar. Jamás había sentido eso en un avión, arranque paginas de la revista Aire y las empecé a masticar a manera de chicle, causando miradas extrañas de la gente a mí alrededor. Pude calmar un poco el dolor del cráneo que sentía. El avión toco pista minutos antes de las 10 y media de la noche, llegando a tiempo. Tardamos mucho para que se nos asignara puerta. Fui el primero en pasar migraciones, donde se me tomo una foto, se me tomaron las huellas dactilares y se me sello el pasaporte, por cierto debes declarar que celular traes contigo. El equipaje demoro unos minutos en salir y pasar aduana fue rápido. En los próximos días publicare las dos formas de ir de Ezeiza a Buenos Aires y como recorrer Buenos Aires en menos de 36 horas.