Este viaje lo efectué unos cuantos meses antes de que explotara la pandemia y lo tenía pendiente de publicar, iré publicando más cosas sobre Japón en los próximos días, espero lo
disfrutes.
Agarre el Narita Express que es el tren que une a Tokio desde la estación
central de Tokio y te lleva al aeropuerto de Narita, el viaje dura aproximadamente unos 45 minutos según recuerdo y es un tren rápido.
El camino es muy agradable ya que atraviesas varios campos de cultivos, y que mejor que irse tomando una «Calpis Soda» mientras leía la revista GQ México.
Una vez que me apee en la estación del aeropuerto de Narita procedí a cambar mis yenes a Dolares, después fui a un 7/11 a comprar unos oniguiris de atún con mayonesa y de algas con semillas de sésamo que están riquísimos y costaban como 1 dólar.
Una vez hecho todo eso, me fui a buscar en la planta superior el área de documentación
de SkyTeam en Narita, el aeropuerto tiene un aire que no sabría como describirlo es como muy relajante, nunca he sentido eso en ningún otro aeropuerto del mundo.
Al encontrar los mostradores de AeroMexico me forme en la fila de SkyPriority o Clase Premier y no había nadie, así es que inmediatamente fui atendido de una forma muy extraña, ya que al momento de documentarme salieron 2 empleados del mostrador y recogieron mis maletas y se las llevaron a las bandas de equipajes como si se trataran de unos bellboys o maleteros.
En fin, el personal que presta el servicio de documentación
es de DELTA Airlines y hablan poquito español.
Luego a los filtros de seguridad, y tengo que volver a recalcar que se respira un aire de tranquilidad inmenso, el personal de los filtros de seguridad es hiper-amable y hacen tu experiencia de vuelo muy amena, primera vez que siento que no llego a abordar un vuelo al
borde de una crisis nerviosa como pudiera pasar en otros lados…
No saque fotos del aeropuerto de NRT por que se me hizo tarde al momento de salir de mi hotel, que por cierto habrá reseña también, hay muchos expendios de comida, ramen y tiendas de lujo; eso si pude apreciar. Iba muy aprisa porque quería ir al Lounge VIP, tenía la opción del Sky Club de DELTA o el Lounge de Korean Air, así es que me decante por este último al estar más próximo a mi puerta de embarque.
Ingrese al Lounge y comí un oniguiri con galletitas de arroz y una cerveza, había noodles instantáneos, oniguiris rellenos de varias cosas, galletitas, cacahuates, te verde, yogures y varias bebidas alcohólicas y no alcohólicas. Estuve unos 30 minutos y no me atreví a sacar más fotos porque estaba muy lleno el lugar.
Su selección de comida se me hizo
justa pero buena, me comí como 4 oniguiris y unos noodles a toda prisa antes de
marcharme del lugar.
Me fui a la puerta de embarque y ya estaban todos
los pasajeros, a los pocos minutos dieron los anuncios ( español, inglés y japonés)
de que iban a iniciar el embarque y
fuimos de los primeros en abordar.
Justamente cuando iba abordando
iba llegando un A350 de DELTA.
Al llegar a mi asiento fui
recibido por una sobrecargo quien me dio el menú, kit de amenidades y me ofreció
una copa de champagne la cual acepte.
El amenity kit era este
Y el menú consistió en esto:
Se culminó el abordaje y cerraron
puertas íbamos solamente 9 pasajeros en Clase Premier, lo que significa que
sobraban 23 asientos.
Se nos ofreció un oshibori o conocida como la famosa toallita caliente, con la
cual limpie mis manos, la función de esta toalla es limpiar tus manos y no la
cara o cuello como he visto a muchas personas hacer esto.
Frente a mi iba una pareja de esposos quizás regios, o probablemente norteños por su acento, el esposo ya mayor iba refunfuñando que no deseaba el menú oriental por que le
daba asco comer cosas crudas.
El carreteo se dio en tiempo y
forma, V1, rotación y a volar.
Observaba como nos íbamos
adentrando en el océano Pacifico
Unos 50 minutos después del
despegue empezó el servicio de alimentos, Renata ( asi se llamaba nuestra
sobrecargo) llego y nos preguntó que si nos apetecía el menú oriental u
occidental para prepararlo, al ser tan pocos pasajeros pudieron brindar un
servicio más relajado sin necesidad de usar los carritos.
El menu de comida a bordo fue creado por el tijuanense-nipon (nacido en
Tijuana de padres japoneses) Edo
Kobayashi,
El
servicio inicio con quesos, uvas y galletitas de agua. Para maridar champagne y
agua.
Mientras
veía Gravity con Sandra Bullock, soy muy fan de ella para ser sincero.
10 minutos después despejaron mi
mesa y trajeron la bandeja, si leíste el menú podrás ver que había muchas cosas
y algunas desconocidas de este lado del mundo para muchos, así es que estaba muy
escéptico.
Posaron la charola sobre el mantel
blanco de mi mesa y pude ver una bandeja con una bella vajilla de porcelana
hecha por Noritake en Japon y comida cuidadosamente acomodada y decorada, así
es que vamos a empezar a hablar de la comida.
En
el plato principal de la entrada había un camarón cocido con jengibre sin
patitas, acompañado de una pechuga de pato con mostaza a su izquierda. Abajo
del camarón había unos espárragos y al lado un rollo de huevo. También había 2 piezas
de sushi una de atun y la otra de pez congrio, un ser marino similar a la anguila.
¡Todo
estaba delicioso, resco y de sabores equilibrados! Pobre señor que iba sentado delante de mí no sabe apreciar estos
manjares nipones.
En
la bandeja había varios platitos de los cuales tenemos que hablar y empezare
del lado inferior izquierdo en sentido de las manecillas del reloj:
1.- Verduras encurtidas:
Zanahoria, cebolla morada y betabel
2.- Capsula de salsa de soya
3.- Polvo de té verde salado, una salsa Dashi para la nata seca y migas
secas de pez bonito ( no se alcanzan a ver).
4.- Nata seca de leche estilo habutae decorada con flores
5.- Anguila asada con pepinos, fideos en salsa de vinagre y jengibre
6.- Berenjena cocida a fuego lento con ejotes y pimientos
Todo estaba impecable, aquí hay
una foto más de cercas de la nata que se le ponía las migas de pez, salsa Dashi
y el té verde en polvo, se aprecian las pequeñas flores.
Renata hacia rondines por los pasillos cada 2 minutos para ver quién iba
terminando sus alimentos e ir recogiendo
platos y charolas.
Cuando termine, me pregunto que si deseaba el pollo en salsa teriyaki y patatas
taro o el fletan negro horneado en salsa gin-an, como el fletan era pescado me decante
por el pollo.
El plato me lo trajo la sobrecargo
mayor o ejecutiva de servicios abordo que es la jefa de sobrecargos en vuelo, quise agarrar el plato con las manos y me dijo que estaba muy
caliente y que me iba a quemar, lo agarro con una servilleta de tela para no quemarse ella. Pensé que solo
sería el pollo pero sorpresa, venia acompañado de un tazon de arroz y sopa
miso.
El pollo estaba jugoso y tenía una excelente textura, no tengo nada negativo
que decir sobre el servicio de alimentos brindado por AeroMexico que fue creado
por Edo Kobayashi, todo estaba delicioso.
Cuando me retiraron todo, me
preguntaron si quería postre y le dije a un sobrecargo que deseaba un helado
Haagen Dazs, me dijeron que tenían de té verde y les dije que estaba bien, me
preguntaron si quería un digestivo y les solicite un oporto.
Una vez que devore todo y por cierto
quede súper lleno, vi otra película que no recuero y me quede dormido por unas
3-4 horas…
Me despertó un olor “umami” a comida
y un pequeño tintineo de platos, vasos y
tazas, alce la cabeza y vi que estaban
ofreciendo el desayuno, en el mapa apenas nos estábamos acercando a las costas
de California faltaban unas 5 horas para llegar
a México, se me hizo algo raro que ofrecieran el desayuno faltando tanto
para llegar.
Me fui por la opción nipona nuevamente para despedirme bien de Japón
La comida consistió en arroz, sopa miso (que me encanta), fruta, yogur, okra
(verdura) marinada con algas marinas y zanahoria en juliana. El plato principal
me confundió por que decía “Gallineta del Pacifico” asada, huevas de bacalao
con algas, pastel de huevo al vapor,
hojas de crisantemo así como hiervas
salvajes picantes. Yo pensaba que la gallineta era pues un ave, y resulto ser un pez que se
llama gallineta, lo que no advertí es que tenía espinas muy pequeñas.
En general un desayuno equilibrado, sustancioso y rico.
La sobrecargo quien iba atendiéndonos nos ofreció unos capuchinos, los cuales aceptamos.
De allí, ya no dormí y me puse a leer la revista GQ, ver una película y
levantarme a caminar por el avión que estaba solo en la cabina de Clase Premier pero lleno en turista. El
espacio Premier nunca apareció hasta 2 horas antes de nuestra llegada, el cual consistió
en una canasta con oniguiris de atún con mayonesa, botanitas de arroz horneadas,
cacahuates, patatas fritas y sopas instantáneas de fideos.
El aterrizaje se dio unos minutos antes de la hora programada. Tengo que
reconocer que el servicio en Clase Premier en la ruta Tokio-México es EXCEPCIONAL en letras mayúsculas,
la comida es un gran acierto y realza mucho el servicio. Los sobrecargos fueron
atentos y estuvieron al pendiente. Lo único que
si deberían estandarizar son los asientos con los del 787-9 ya que los del este modelo de avión son asientos con acceso directo al pasillo.